Alguien que lo ame, no importa más. Alguien que no grite cuando comete errores. Quieren a alguien tranquilo y paciente, incluso cuando estan enojados o llorando.
Alguien que controle sus propias emociones para que puedan escuchar y empatizar, incluso cuando están equivocados.
Imagina crecer con ese padre. Eso es lo que todo niño quiere.
Por supuesto, nadie puede ser ese padre 24/7, porque solo somos humanos. Nadie es perfecto, y los padres tienen muchas razones para perder regularmente la paciencia.
Lo que podemos hacer es comprometernos a aumentar nuestra proporción de buenos momentos de crianza, y seguir trabajando en ello, día tras día. Cuando nos equivocamos, a todos nos pasa, podemos levantarnos e intentarlo de nuevo. Afortunadamente, cada paso en la dirección correcta hace una gran diferencia.
Pero si estás deseando poder ser esa mamá con más frecuencia, o si te sientes atrapada en un ciclo negativo, tal vez sea hora de darte más apoyo. La mayoría de nosotros seguimos resolviendo "hacerlo mejor". Pero ser duro contigo misma no te hace mejor mamá. Incluso la decisión de ser más paciente no necesariamente ayuda, si no te das el apoyo que necesitas para mantener la calma y regular tus propias emociones.
Si tienes una planta que se está marchitando, no le gritas para que se enderece y crezca bien. ¿Sabes lo que necesita para prosperar: más agua? Más sol? Más espacio para crecer? Esto aplica a tu hijo, por supuesto. Pero también se aplica a ti.
Entonces, en lugar de reprocharte a ti misma, toma un momento en este momento, y considera qué cosa podrías hacer hoy para mantenerte como la mamá que quieres ser.
1. Tal vez necesitas dormir más.
2. Tal vez necesites hacer un voto de paciencia y dejar que tus hijos te den una estrella por cada día que no grites.
3. Tal vez necesites reducir la velocidad un poco para que no estés tan estresada y puedas disfrutar más de tu hijo.
4. Tal vez necesites leer un libro para padres para inspirarte, o unirte a un grupo o curso donde puedas hablar con otros padres y obtener apoyo.
5. Tal vez necesites ducharte con más amor. Solo puedes ser emocionalmente generosa con tu hijo si eres emocionalmente generosa contigo misma.
Cualquiera de estas ideas (o cualquier otro cambio que necesites) requerirá trabajo de tu parte. Pero la vida es corta, y te la mereces. Y tu hijo se lo merece Los días con tu hijo pueden parecer largos, pero la niñez es corta. Todos los días, tu hijo está creando recuerdos. Él está formando su cerebro. Ellos están sentando las bases para las relaciones por el resto de su vida.
No tienes que cambiar todo de una vez. Los cambios más duraderos vienen paso a paso, desde la creación de nuevos hábitos. Por hoy, ten una clara intención de darte el apoyo que necesitas. Escribe el primer paso.
¿Por qué no dar ese primer paso hoy?