Es sin duda uno de los momentos más complicados, tu hijo acaba de decir su primer grosería y no sabes qué hacer. Ya sea que platiques sobre ello o seas de los que reacciona con un castigo físico (nunca favorable) este artículo te ayudará a saber qué hacer, pero primero veremos por qué lo hace.
Aunque este comportamiento puede tener diversas causas propias al desarrollo y crecimiento de nuestros hijos, una de las principales se da entre los 5 y 9 años ya que los niños entran en una etapa de satisfacer sus necesidades de aceptación social, esto los hace adoptar comportamientos, actitudes y sobretodo lenguaje de otras personas, principalmente de los adultos debido al rol que juegan en su vida. En definitiva, NO lo hacen por maldad, sólo nos están imitando.
Y entonces, ¿qué debo hacer?
Hay varias formas para evitar que hijos adopten este lenguaje de forma habitual:
1- No uses el castigo físico. Además de lastimarlos en su cuerpo, se llegan a generar heridas emocionales que les pueden afectar el resto de su vida.
2- Usa un tono serio cuando diga una mala palabra. No lo celebres.
3- Explica el significado de esa palabra y su impacto negativo.
4- Desarrolla su empatía preguntándole cómo se sentiría si lo usaran refiriéndose a él, ella.
5- No prohibas las malas palabras. Esto las vuelve más tentadoras de usar.
6- Busquen palabras positivas juntos, esto también les ayudará a ampliar su lneguaje.
7- Prepáralo para que no repita estas palabras cuando las escuche de alguien más.
8- No uses malas palabras. Además de que buscarán imitarte, los confundirás al no saber si de verdad no deben decirse o sí.
9- No uses apodos ya que sólo fomentarás que ellos hagan lo mismo con sus amigos.
10- Usa castigos como dejarlo sin algún privilegio (postre, videojuegos) o quizá puedes multarlo (tareas del hogar).
Recuerda que los hijos son como esponjas, y absorben lo más que puedan de lo que observan, así que ellos serán un reflejo de ti. Compórtate como te gustaría que ellos lo hicieran y sé un gran ejemplo.