La mayoría de los padres están siempre en búsqueda de culpables en el acoso escolar, es decir, buscan a alguien a quien señalar como acosador. Buscan a otros niños que podrían intimidar a su hijo. Pero, ¿qué pasa si el hijo es el agresor?
Si unos padres tienen que admitir que su hijo ha actuado de manera inapropiada, entonces sentirán que han fallado de alguna manera como padres, y esto no es fácil de admitir en absoluto. Por ello, te mencionamos las siguientes siete señales que podrían advertirte que sí lo es (y recuerda que si es un agresor, también es tu responsabilidad buscar soluciones a la situación).
- Tiene problemas para dormir
Un reciente estudio realizado con 341 niños llevado a cabo por la Universidad de Michigan encontró que los niños con trastornos del sueño relacionados con la respiración desordenada durante el sueño eran más propensos a mostrar tendencias de intimidación o tienen otros problemas de conducta que los niños sin las preocupaciones del sueño. Si tu hijo está teniendo problemas para dormir, una visita con su médico o un especialista del sueño.
- Tiene problemas de comportamiento
Si tu hijo es un niño impetuoso, impulsivo o que se frustra fácilmente, son tres comportamientos comunes que podrían indicar que tu hijo es un agresor escolar. Los niños que intimidan tienen una fácil frustración si no se salen con la suya, carecen de empatía por los demás y tienen un historial de disciplina con problemas. Sólo tienes que buscar esas señales subyacentes de intimidación en el día a día con tu hijo. Mi hijo es agresor escolar.
- Tiene problemas en la escuela
Si el niño comienza a tener problemas en la escuela también puede ser una señal de que no van las cosas del todo bien con el comportamiento de tu hijo, y la intimidación podría ser parte del problema. Si tu hijo se está metiendo en problemas en la escuela o se comporta de forma agresiva con otros niños, es posible que tu hijo se haya convertido en un agresor y que debas buscar ayuda cuanto antes.
- Tu hijo está obsesionado con la popularidad
Todo lo que piensen de él le preocupa y quiere que le tengan en referencia aunque sea con miedo. Esto suele ocurrir cuando los niños tienen baja autoestima o inseguridad en su personalidad, pero esto les puede hacer que quieran buscar la atención de los demás aunque sea de forma negativa.
- Los amigos de tus hijos tienen tendencias agresivas
Puede ser difícil darte cuenta de esto pero si los amigos de tu hijo parecen agresivos o que tienen malas intenciones, también pueden mostrar otras señales de intimidación… en estos casos es posible que tu hijo también esté implicado en este tipo de comportamientos. Los niños que intimidan son más propensos a tener amigos que intimidan y que se involucran en comportamientos violentos.
- Hay violencia en el hogar
De acuerdo con un reciente estudio que se ha realizado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y el Departamento de Salud Pública de Massachusetts, los agresores o víctimas de la intimidación tienen más probabilidades de experimentar violencia en el hogar. Los agresores suelen tener cuatro veces más probabilidades de haber hecho daño a alguien de su familia.
- No tienes una buena relación con tu hijo
Independientemente de qué signos de intimidación presenta tu hijo es posible que tu relación no sea buena con él. Los padres juegan un papel clave en si su hijo se convierte en un agresor. Los niños son más propensos a intimidar a otros si sienten que sus padres están enfadados con ellos con frecuencia o si se sienten que son una molestia para sus padres. Los padres que tienen una buena relación y hablan abiertamente con sus hijos, éstos son menos propensos a intimidar a los demás.