"Muchas personas pierden su parte de felicidad, no porque nunca la hayan encontrado, sino porque no se detuvieron a disfrutarla". - William Feather
¿Pospones la alegría?
Sabes a lo que me refiero.
- ¿Dejas de lado el beso de tu pareja porque tienes que hacer que los niños vayan a la escuela?
- ¿Apuras a tu hijo a lo largo del camino al colegio?
- ¿Rehusas la invitación de tus hijos a una pelea de almohadas?
- ¿Te perdiste de la puesta de sol porque tienes que preparar la cena?
- ¿Dejas de leerle a tus hijos ahora que pueden leer sus propias historias antes de acostarse?
- ¿Ojalá pudieras tomar un baño de burbujas pero verificas tu correo electrónico?
Pero, ¿qué pasa si deleitarse en esa alegría es parte de lo que te convierte en una madre más inspirada? ¿Qué pasa si tú y tu pareja necesitan esos besos para mantenerse conectados y así ser un mejor equipo de crianza? ¿Y si esa pelea de de almohadas es lo que necesitas para desactivar la tensión y volver a conectar con tu hijo? ¿Qué pasa si esas historias antes de dormir le dan a tu hijo el muy necesario mensaje de que siempre estarás ahí para acurrucarse, sin importar la edad que tenga? ¿Qué pasaría si ese baño de burbujas te ayudara a ser una mamá más paciente mañana? ¿Qué pasa si nunca sabes cuál es la última puesta de sol?
¿Harías algo diferente?
¿Por qué no comenzar hoy?